Un proyecto inicial prevé la división de los aeropuertos restantes en seis grandes bloques regionales. La primera ronda de gestión de Bolsonaro, con tres bloques, tendría lugar en 2020. Una segunda ronda, en 2021 ó 2022, tendría tres bloques más y terminaría con la red de terminales de Infraero. Congonhas (SP) y Santos Dumont (RJ), las dos «joyas de la corona».
La idea es aprovechar el número cada vez menor de aeropuertos estatales rentables para convertirlos en los «extractores» de cada bloque, junto con los activos deficitarios, en un modelo conocido informalmente como «filete sin deshuesar». En total, se esperan inversiones privadas de casi R$ 10 mil millones en la modernización de pistas, patios de aeronaves y terminales de pasajeros.
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